Los principios que proponemos implican el reconocimiento del valor absoluto de la persona, por encima de cualquier realidad material o social, y aun sobre cualquier otro ser humano.  La educación integral que ofrecemos implica que ésta sea un proceso centrado en la persona, tanto en su dimensión personal como social:

  1. Respeto a nuestra propia vida, la de los demás y de la naturaleza.
  2. Alta valoración de la persona y las dimensiones en que se expresa.
  3. Utilización del diálogo como mecanismo de conocimiento, expresión y solución de los conflictos y para fortalecer la unidad institucional.
  4. Propósito de dar cada uno lo mejor de sí.
  5. Asumir una práctica de no violencia.
  6. Respeto a las personas en su diversidad cultural, al ambiente y la biodiversidad.
  7. Trabajo en equipo, realizado con profesionalismo, en forma eficiente y en un ambiente de colaboración.
  8. Predominio del interés colectivo sobre el particular, la defensa de la igualdad de oportunidades y el reconocimiento a través de méritos.
  9. El compromiso indeclinable con la paz, la equidad social, el pluralismo, el ejercicio de los Derechos Humanos y la democracia.
  10. La flexibilidad en la formación como fundamento básico en la preparación de personas autónomas, críticas, creativas, a través del pluralismo pedagógico, centrado éste en el reconocimiento de la diferencia.